Nos conocimos el día 16 de noviembre del 2003, quién iba a decir aquel día que ibamos a acabar en el Altar.
El caso es que tomamos la decisión y el 16 de agosto del 2008, por fin llegó el día, ¡Se acabaron los preparativos, después de un año de locura! En fin, que después de tanto ajetreo, ahí estábamos guapetes y sonrientes.
Hay que aclarar que todas las fotos que expongo en éste blog, son recopiladas de las cámaras de los invitados, las del fotógrafo aún no las tengo, así que no esperéis que sean perfectas.
La primera incidencia, el novio llegó 25 minutos tarde... No, no es que me lo estuviera pensando si no que el coche que tenía que recogerme se retrasó. Así estarían los invitados, "marujas y metefuegos", murmurando de todo, yo naturalmente no estaba pero no me cuesta imaginarlo.
Fue en la Ermita de Ntra. Sra. de Sonsoles. No, la foto no la hice yo.
Yo con mi madre (la madrina). Lo que no se vé, es que la cremallera se abría sola y tuve que abrocharme la chaqueta al salir del coche (creo que nadie lo notó).
La siguiente en llegar, la novia (más guapa que un ángel) con su padre, el padrino.
Las "niñas de arras", mi sobrinita y la hija de una amiga de la novia. (Esta foto es de la salida, pero se les ve mejor).
Los Padrinos posando y los invitados aguantando...
En el Altar. ¿Quién me lo iba a decir? Visto así en frío, acojona un poco ¿No? Je, je, je.
Momento beso...
Salida de la Ermita. El confeti quedaba hasta bonito pero alguno se quedó a gusto tirando arroz. Creo que aún tengo algún grano en el ombligo.
Luego nos fuimos a dar una vueltita por Ávila para hacernos algunas fotos mientras no dejaban de gritarnos eso de: ¡Viva los novios!
Los padres de ella.
Padres de él (mi madre, mi padre y su mujer).
Los hermanos de él, faltó uno que no pudo venir, lo echamos mucho de menos...
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Le tenía reservada una sorpresita a la novia, le había escrito una poesía (hacer click) y se la leí. Si llegó a saber que se me iba a echar a llorar la novia, y parte de las invitadas, no la leo.
El baile nos lo preparó una amiga que es profesora de baile, ¡bah! lo justo para no pisarnos y un par de vueltecitas para alardear y que siga la fiesta.